28 nov 2019

El Parto es Nuestro.Blog. 25N Violencia O. La episiotomía que no consentí

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por una nueva humanidad en marcha".

25N La episiotomía que no consentí

Esta semana en nuestro blog, con motivo del "Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer", publicaremos una serie de fotografías cuya autora Claudia Sarra, nos ha prestado amablemente para visibilizar la violencia obstétrica como una forma más de violencia contra las mujeres. Acompañamos cada fotografía con un relato, experiencia real, de mujeres que la han sufrido durante el nacimiento de sus hijos. 

Foto 2: "Te voy a dejar como de 15"

Me mandó pujar, pero no podía, era inútil, no sentía nada y sus palabras no ayudaban en absoluto. Cogió las tijeras, y aunque le pedí que no lo hiciera, me cortó. 

 

La Episiotomía que No consentí.

Hospital Universitario de León, 19 de agosto de 2017.

Por Z.M.G

¿Cuánto tiempo pasará hasta que al recordar mi parto no me recorra un escalofrío de pies a cabeza?

Me costó un tiempo poder hablar de ello, aún hoy, después de casi 2 años y medio, no puedo evitar sentir una mezcla de alegría, rabia, frustración y tristeza cuando me traslado a ese día.

El 19 de agosto de 2017, con 38 semanas, ingresé temprano con bolsa rota, plan de parto en mano y contracciones de baja intensidad, aunque notaba a mi pequeña muy abajo.  Sobre las 5 de la tarde me realizaron un tacto y estaba comenzando a dilatar. Las matronas, que fueron un verdadero encanto, me sugirieron ducharme junto con la pilota de pilates, incluso hablamos de hacer el expulsivo en la sala de dilatación. En ese mismo momento, sentí contracciones muy seguidas que me partían al medio, fue una sensación brutal y muy intensa. Pasé de 3 cm a 7 cm en cuestión de 5 minutos.

En ese momento pedí la epidural y en cuanto vino el anestesista me volvieron a realizar otro tacto y estaba ya en completa. Ahí se comenzó a torcer el parto, estuvimos de pujos 4 horas en la habitación, mi pareja intentando despertarme la pierna con masajes, pero era inútil, la anestesia me había anulado por completo la sensibilidad.

Cambio de turno y cambio de mi suerte. Entró una ginecóloga y sin más explicación me llevó a paritorio. Allí nada más llegar, me mandó subirme al potro, aunque le dije que no podía moverme tuve que arrastrarme hasta allí pues no intentó ni ayudarme.

Me mandó pujar, pero no podía, era inútil, no sentía nada y sus palabras no ayudaban en absoluto. Cogió las tijeras, y aunque le pedí que no lo hiciera, me cortó. En ese momento entró mi pareja y me sacó literalmente a mi pequeño con fórceps, acto seguido cortó el cordón (también en contra de mi voluntad) y me cosió.

Me llevé una gran episiotomía y un buen cosido, realizado porque quiso, cuando quiso y como quiso, que desencadenó en unos dolores brutales los cuales en un inicio no me hicieron caso tratándome de quejica, hasta que eran como contracciones inaguantables y un temblor incontrolable en todo el cuerpo. Vuelta a quirófano corriendo por un coágulo enorme que estaba taponado y se hacía más grande.

Estaba informada, fui preparada, llevé mi plan de parto, y no bastó. Episiotomía, corte inmediato del cordón, instrumental, posición protocolaria.

Duele mucho que hayan conseguido empañar el día más feliz de mi vida, que no pudiera estar las primeras horas junto con mi bebé, que ni siquiera pudiera hacer vida normal las primeras semanas porque no podía moverme de los hematomas que tenía, y sobretodo que tenga miedo a un futuro parto.

 

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Asociación El Parto es Nuestro -

11 jun 2019

Fwd: Material por el DIY 2019

La Escuela Yug Yoga de la Redgfu colabora en los actos del DIY.
Querid@herman@s este el poster y protocolo del DIY que hemos recibido de la Embajada de India para colaborar en su difusión.
Club para la UNESCO:
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17 may 2019

Semana Mundial por un Parto y Nacimiento Respetados



Semana Mundial por un Parto y Nacimiento Respetados

La Semana Mundial por un Parto y Nacimiento Respetados tiene lugar cada año durante el mes de mayo. Se inició en el año 2004 desde la asociación francesa por el parto respetado (AFAR - Alliance Française pour l'Accouchement Respecté) y desde 2011 su coordinación está a cargo de la red europea de asociaciones del nacimiento (ENCA - European Network of Childbirth Associations).

 

A lo largo de esta semana, asociaciones e individuos escribimos, hacemos carteles, nos reunimos, organizamos conferencias y muchas otras acciones para llamar la atención sobre la necesidad de mejorar las condiciones del embarazo, parto y nacimiento en el mundo.

 

En 1986 la Organización Mundial de la Salud publicó una lista de recomendaciones para la atención del parto normal, a pesar de la cual el cuidado y la atención al parto se ha estandarizado basándolo casi exclusivamente en el punto de vista médico, dejando de ser una atención centrada en la mujer madre. La atención al parto se ha desnaturalizado tanto, que ha provocado que las mujeres no terminemos de creernos, aunque queramos, que éste es un proceso fisiológico que tiene lugar de manera instintiva y que nosotras, "podemos parir".  Podemos prepararnos  durante el embarazo para evitar un parto excesivamente medicalizado, pero a menudo nos cuesta visualizar el momento del milagro del nacimiento. El poder para parir está EN ti. Podemos recuperar la confianza en nuestros cuerpos.

 

"Somos conscientes de cómo las condiciones de nuestro nacimiento impactan en el futuro de nuestra sociedad, de cómo las mujeres pueden ser empoderadas o silenciadas, de cómo las semillas de la paz pueden crecer o ser destruidas en el mismo comienzo de la vida, conocemos los extremos: amor y odio, paz y guerra, egoísmo y altruismo. Por estas razones trabajamos sin descanso y vamos a continuar haciéndolo. En el 25 aniversario de ENCA, todas las perspectivas están abiertas, dentro y fuera de Europa, a pesar de los altibajos. Igual que los niños necesitan raíces para crecer y más tarde volar con sus propias alas, Europa necesita mantener y proteger las raíces de mucha gente y muchos pueblos, para que puedan sentirse a salvo y seguros, desde la apertura generosa, dando la bienvenida a los desafíos de  un mundo en movimiento. De acuerdo con la interpretación de la Grecia clásica, "Europa" es el nombre de una diosa y significa "la que ve más allá, la que presiente", un buen nombre a mantener para el futuro. Tanto en el nacimiento como en la política, es sabio tener en mente las consecuencias a largo plazo de cada acción. "

 

Elisabeth Geisel, sobre los 25 años de ENCA

28 april 2018  Autonomy in Childbirth – Women's voice in Europe

 

Equipo de El Parto es Nuestro en ENCA

 

21 feb 2019

El Parto es Nuestro. La violencia obstétrica es violencia de género y se habla de ella por fin en Toledo

UNESCO Málaga Club
Centro de Educación,Cultura y Paz.
Presidencia

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por una nueva humanidad en marcha".

 "lo que une es verdad" Red cultural para la fraternidad humana.Coplanet.net


La violencia obstétrica es violencia de género y se habla de ella por fin en Toledo

Es difícil para un/a sanitaria/o reconocer que en su labor diaria de asistencia puede ejercer  violencia. Es realmente complejo identificar esta entidad si no se sabe exactamente a qué se refiere el término. Son numerosos los organismos internacionales que tienen bien definido qué es la violencia, y que su aplicación específica sobre la mujer  y su bebé a lo largo de la gestación, parto y posparto se denomina violencia obstétrica.

Sé, por propia experiencia personal, que es doloroso darse cuenta de que uno ejerce esta violencia. La primera vez que tomé conciencia de que yo también la ejercía entré en shock. Desde entonces, casi todos los días agradezco la oportunidad ofrecida por aquellas personas que me hicieron abrir los ojos a una realidad que nos envuelve a todos y en la que yo estaba sumida. Aunque no había practicado la totalidad de intervenciones que una matrona puede hacer en el ámbito de su labor asistencial y que pueden considerarse violentas bajo la óptica de la OMS a día de hoy, sí había explorado vaginalmente innecesariamente a mujeres sólo para aprender, sí había roto bolsas amnióticas para acelerar la dilatación, sí había ocultado inf ormaci&o acute;n sobre procedimientos, sí había negado en ocasiones apoyo emocional, sí había negado el ofrecimiento de líquidos orales en el parto, sí había puesto vías intravenosas rutinarias, sí había desanimado a las mujeres a que adoptaran posiciones más cómodas y favorables para el parto, sí había cortado vaginas sin necesidad, sí había practicado sobre el bebé intervenciones no justificadas que implicaban separación de la madre, y así podría seguir con un largo etcétera.

Descubrí a los 7 meses de finalizar mi formación como matrona en el área número 1 de Toledo, (Complejo hospitalario de Toledo y centros de atención primaria), que muchas de los conocimientos que había adquirido no servían para ayudar a las mujeres a gestar, parir y criar mejor, ni a los niños a adaptarse mejor a su vida extrauterina, sino más bien todo lo contrario, les añadíamos dificultades y eso se traducía en que una vivencia humana tan crítica y transcendente se transformaba en un suceso traumático que se recordaría siempre con dolor emocional, aun no habiendo perdido la vida ninguno de los protagonistas ni tenido secuelas físicas graves.

La constatación del dolor emocional posparto de las mujeres la iba reconociendo poco a poco en la consulta de atención primaria donde empecé a trabajar tras la residencia como matrona en formación. A día de hoy sigo trabajando en ese entorno comunitario y llevo muchos años sin estar en un hospital para atender a las mujeres y sus bebés, pero necesariamente estoy al tanto de los avances que se han realizado en general, en España y en particular en mi hospital de referencia.

Yo también soy partícipe del cambio y mis propias experiencias de maternidad me han dado el impulso que necesitaba para ponerme a ello, pero aun así, queda mucho por hacer.

Y lo principal que queda por hacer, es que los sanitarios, en su conjunto, nos demos cuenta de lo transcendente de nuestras intervenciones. Y para ello necesitamos tener en frente a las mujeres  devolviéndonos sus experiencias.

No es agradable que una mujer te cuente que se ha sentido maltratada por unos comentarios o por un trato indiferente hacia sus inquietudes, cambios físicos y psicológicos que experimenta durante su proceso de convertirse en madre; que te cuente que no se la ha dado información sobre cuestiones importantes que va a necesitar saber; que se ha sentido agredida, violada, por prácticas realizadas durante su proceso de maternidad; que ha sentido miedo de llevar la contraria al sanitario, angustia por dudar de la idoneidad de su intervención…

No, no es plato de buen gusto. A todos nos agrada que nos digan lo bien que trabajamos, pero los aspectos negativos…, eso es para los que hacen "mala praxis". Pero necesitamos chocar contra ese muro que hemos levantado para ponernos enfrente y por encima de las mujeres. A muchas sanitarias que nos convertimos en madres se nos cae el muro poco a poco, y nos ponemos al nivel de nuestras iguales, las otras mujeres, dentro de cuyo colectivo  nunca hemos dejado de estar.

Por eso estoy orgullosa de que en mi área de salud, el proceso de cambio esté en marcha y sea ya imparable. El grupo local, inaugurado hace más de una década por reivindicativas mujeres, tiene ahora una presencia palpable. Los sanitarios de nuestra área hablan de nuestra asociación. Algunos colectivos como las matronas de atención primaria ya se han entrevistado con nosotras. Nos hemos dado más a conocer con motivo de la celebración, a finales del pasado año, de una jornada sobre cuidados materno-infantiles que se desarrolló en la sede de los servicios centrales del Servicio Regional de Castilla La Mancha (SESCAM). La conferencia inaugural corrió a cargo de la Dra. Ibone Olza con su presentación titulada "La psicología del parto fisiológico" en la que no solamente puso en realce todo lo que la psique materna y del bebé ponen en funcionamiento para que el proceso de gestar, parir y criar transcurra  de la forma más segura y placenteramente posible, sino que explícitamente, se mencionaron las practicas que hacen peligrar este proceso fisiológico. Con un lenguaje rotundo se habló de violencia obstétrica y de la huella que deja en mujeres y bebés, esto es, de toda la sociedad. Un inicio violento de la vida es el germen para una vida posterior de violencia, y  no hay que buscar muy lejos para encontrar esta evidencia.

También hubo comunicaciones de otros profesionales, matronas, enfermeras y pediatras que también reivindicaban la importancia de que toda la asistencia gire alrededor de la madre y el bebé, de adaptar nuestras intervenciones a sus necesidades particulares, de hacer más acogedores los espacios hospitalarios,  de huir de los protocolos inflexibles que hacen difícil una experiencia grata para ambos y que ponen en peligro el inicio de procesos saludables como la lactancia materna.

Nuestro grupo local fue invitado a participar. Y por boca de unas de nuestras socias, Mónica, se dio voz a las experiencias de violencia obstétrica en nuestra área de salud. Sus relatos de embarazo, partos y posparto, incomodaron a más de uno de la centena de asistentes congregados. También sus experiencias de parto y posparto respetado emocionaron a otros tantos y espero que les llevaran a cuestionarse lo que estaban haciendo o aprendiendo a hacer, pues eran bastantes los asistentes que se encontraban formándose como futuros sanitarios (matronas, enfermeros, médicos).

En unos días de comunicados  por parte de colectivos profesionales que niegan la existencia de violencia obstétrica en nuestro país, siento una enorme decepción por esa obstinación en perpetuarse ante un posicionamiento que no hace más que distanciar a las mujeres, y sociedad en general, de las personas que se preparan para ayudarles en caso de dificultades; distanciamiento con quienes se llenan de conocimientos para luego transmitirlos a la población a la que prometen servir. Los sanitarios tenemos obligación hacer fluir esos conocimientos, a nuestros compañeros de hoy y del futuro, pero sobre todo a la población a la que debemos nuestro trabajo. Esa retención de información también es una forma de violencia, sutil, que difícilmente se reconoce. Pero es lo qu e hemos venido experimentando desde hace demasiado tiempo las mujeres y contra lo que nos levantamos en un esfuerzo titánico a nivel mundial.

El conocimiento sobre los procesos femeninos es poder. Y ese poder es legítimamente nuestro, de las mujeres.



14 feb 2019

Taller de meditación,aprender a meditar con HG. Luca Gambini, maestro italiano

 "por una cultura de vanguardia, de salud y de consciencia
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