7 nov 2014

El Parto es Nuestro] La cosa que somos


En el video, a partir del minuto 48 podréis ver como se atiende "un parto normal" en el hospital S. de Barcelona. El ginecólogo mete sus dedos en la vagina de la mujer-muñeca tumbada como si fuera un acto puramente suyo, una acción que le pertenece, sin percatarse, se da a entender por su actitud, que la vagina corresponde en el cuerpo de una mujer, aquí representada por un muñeco. El periodista afirma que las matronas son la mano derecha de los ginecólogos. Se vislumbra una Maniobra de Kristeller por parte de la matrona; y el bebé está "trapo con trapo" en lugar de piel con piel. De fondo de la entrevista, vemos imágenes de recién nacidos maltratados y llorando, como si fuera lo más normal del mundo. Y lo más impactante de todo: esa mujer-cosa puesta ahí encima, con sus genitales a la vista de cualquiera, desprotegida, sin voz, sin nada, como las de verdad. O mejor aún, porque está calladita y rasurada, para no incomodar la vista ni el oído de quien tenga que atenderla.

Es alarmante que este sea el ambiente en el cual se sigue enseñando como atender un parto y tratar a una mujer. Se está enseñando a atender partos desde la falta de respeto a la mujer, desde la violencia obstétrica y el alarmante descuido de las necesidades del parto fisiológico.

Después de las recomendaciones de la OMS de hace más de cuarto de siglo, después de la Estrategia de Atención al Parto Normal en el Ministerio de hace 7 años, realizada con el consenso de las 17 consejerías, de las sociedades de profesionales, y de las asociaciones de mujeres, después de todo eso, en el Sant Joan de Deu de Barcelona todavía están atendiendo partos así y a las mujeres somos cosas. Se enseñan protocolos que deberían ya de ser obsoletos ya que la evidencia ha demostrado que su aplicación generalizada lleva a complicaciones en el parto. La mujer es atendida según estos protocolos que ponen en riesgo su vida y la de su hijo, sino que atentan al ignorar las necesidades fisiológicas del parto. No solo la falta de respeto con la mujer y su cuerpo, si no la litotomía forzada (tumbada e inmovilizada), piernas atadas... posición que anula el cuerpo de la mujer, dejándola como objeto pasivo de su propio parto, y forzando al bebé a realizar un descenso contra la fuerza de la gravedad.

En esta situación, el bebé no puede nacer y hay que "extraerlo", convirtiendo así el parto en un momento donde el protagonista es el sanitario. A la mujer se le debe, entonces, "hacer el parto", jerga extensamente usada que pone de manifiesto la actitud patriarcal de que el parto es del sanitario y la mujer el objeto pasivo sobre el cual se actúa. Queda en evidencia que la violencia obstétrica es, en este hospital, un hecho cotidiano, común y corriente, al mostrar orgullosamente su falta de respeto en una televisión de alcance nacional.
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Nacimiento sin violencia
Categoría: TVE.2
Violencia obstétrica
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